Para poner un punto y final a todo lo relativo a la gestión de espacios educativos que hemos abordado desde comienzos del blog, que mejor manera que evaluando las transformaciones llevadas a cabo. Para abordar este desafío lo primero es elegir un contexto que haya sido susceptible de transformación, en este caso, las escaleras del centro. Para empezar identificamos el punto de partida de la acción, las propias escaleras del centro, analizamos sus características y las de sus agentes. Este diagnóstico servirá para tomar conciencia de las necesidades detectadas y explicar nuestras metas. En este caso, las escaleras del centro estaban algo deterioradas, desgastadas por el uso y tenían una estética triste, monótona y apagada. Por tanto, era necesaria una transformación que permitiera alcanzar dos objetivos: una mejora funcional y otra estética. Como agentes que participasen en la transformación se incluyeron a los profesores y al alumnado del centro, aportando materiales, recursos, ideas, ganas e imaginación. En segundo lugar decidimos cuales eran las decisiones que ayudarían a implementar las mejoras pensadas para la escalera de entrada al centro. Estas serían: conseguir lijar las muescas de los escalones más desgastados, dar una primera capa de pintura para mejorar el aspecto general y decorar y escribir mensajes en diferentes colores en cada uno de los escalones que conforman la entrada al centro. Por último, valoramos a través de una lista de cotejo y una rúbrica la acción transformadora, poniendo especial atención en la diferencia entre el punto de partida y el final. #EduEspacios
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Autora:Marta Moreno Ayuso. Categorías
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Enero 2018
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